REPORTAJE 22 DE OCTUBRE DE 2014
Mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, anuncia planes para iniciar una investigación por los ataques contra las instalaciones de la ONU durante los recientes ataques israelíes en la Franja de Gaza, emitimos el discurso de Noam Chomsky, opositor político estadounidense reconocido en todo el mundo. Chomsky habló recientemente en el hall de la Asamblea General de la ONU, en un encuentro auspiciado por el Comité para el ejercicio de los derechos inalienables del pueblo palestino, de dicho organismo. “El patrón que se fijó en enero de 1976 sigue presente”, dijo Chomsky, profesor emérito de la universidad Massachusetts Institute of Technology. “Israel rechaza un acuerdo de estas cláusulas y durante muchos años ha estado destinando amplios recursos para asegurar que no se implemente, con el apoyo decisivo y constante de Estados Unidos, a nivel militar, económico, diplomático e ideológico”.
AMY GOODMAN: El Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon dijo el martes que está poniendo en marcha una investigación sobre los ataques a instalaciones de la ONU durante el reciente asalto de Israel contra Gaza. Unos 2.100 palestinos, la mayoría de ellos civiles, murieron en el conflicto, junto con 67 soldados israelíes y seis civiles en Israel.
Pues bien, hoy pasaremos una hora con el profesor Noam Chomsky, disidente político, lingüista y autor de renombre mundial. Es Profesor Emérito en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde ha impartido clases durante más de medio siglo. En un evento extraordinario que tuvo lugar el martes pasado, 800 personas abarrotaron la sala de la Asamblea General de la ONU para ver a Noam Chomsky- Allí se encontraban embajadores y público de todo el mundo. El evento fue organizado por el [Comité para el] Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino. Noam Chomsky dio un importante discurso, al cual le di seguimiento con una entrevista pública. En primer lugar, el discurso.
NOAM CHOMSKY: Es un placer estar aquí para poder hablar y dialogar con ustedes.
Muchos de los problemas del mundo son tan insolubles, que es difícil incluso pensar en formas de tomar medidas para mitigarlos. El conflicto entre Israel y Palestina no es uno de ellos. Por el contrario, las líneas generales de una solución diplomática han estado claras durante al menos 40 años. No es el final del camino —nunca nada lo es— pero sí es un importante paso adelante. Y los obstáculos para una solución también son bastante claros.
Las líneas maestras fueron presentadas aquí en una resolución presentada ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en enero de 1976. La resolución pedía un acuerdo entre los dos Estados para que aceptasen las fronteras reconocidas internacionalmente y ahora estoy citando textualmente- “Con garantías para los derechos de ambos Estados a existir en paz y seguridad dentro de fronteras seguras y reconocidas”. La resolución fue presentada por los tres estados árabes más importantes: Egipto, Jordania, Siria- a veces llamados los “Estados de confrontación”. Israel se negó a asistir a la sesión. La resolución fue vetada por Estados Unidos. Un veto de Estados Unidos por lo general es un doble veto: El veto, la resolución no es implementada, y el evento es además vetado de la historia, así que hay que buscar mucho para encontrar el registro, pero está ahí. Aquel veto estableció el patrón que ha continuado desde entonces. El veto más reciente de Estados Unidos fue en febrero de 2011 —es decir, fue el presidente Obama— cuando su gobierno vetó una resolución que pedía la aplicación de la oposición política oficial de Estados Unidos a la expansión de los asentamientos. Y vale la pena tener presente que la expansión de los asentamientos no es realmente el problema; son los propios asentamientos, indudablemente ilegales, junto con los proyectos de infraestructura de soporte.
Durante mucho tiempo, ha existido un abrumador consenso internacional apoyando un acuerdo que siguiera estas líneas maestras. El patrón que se estableció en enero de 1976 continúa hasta el presente. Israel rechaza un acuerdo en estos términos y durante muchos años ha estado dedicando amplios recursos a garantizar que no se llevará a cabo, con el continuo y decisivo apoyo de Estados Unidos —a nivel militar, económico, diplomático y, ciertamente, ideológico— estableciendo la forma en que el conflicto es visto e interpretado en Estados Unidos y en su amplia zona de influencia.
No tenemos tiempo ahora para repasar [todo] el historial, pero su carácter general es revelado echando un vistazo a lo que ha ocurrido en Gaza en la última década, prolongando una larga historia de crímenes anteriores. En agosto pasado, el día 26 de agosto, se alcanzó un alto al fuego entre Israel y la Autoridad Palestina. Y la pregunta en la mente de todos es: ¿Cuáles son las perspectivas para el futuro? Bueno, una forma razonable para tratar de responder a esta pregunta es buscar en el historial. Y aquí, también, hay un patrón definido: Se llega a un alto el fuego; Israel hace caso omiso y continúa su ataque constante contra Gaza, incluido el asedio continuo, los actos intermitentes de violencia, así como los proyectos de asentamiento y desarrollo, y, a menudo, la violencia en Cisjordania; Hamas observa el alto el fuego, como Israel reconoce oficialmente, hasta que alguna escalada israelí provoca una respuesta de Hamas, lo que conduce a otro ejercicio de “cortar el césped”, en la jerga israelí, cada episodio más feroz y destructivo que el anterior.
El primero de la serie fue el Acuerdo sobre Circulación y Acceso en noviembre de 2005. Voy a dar una paráfrasis del mismo. Pidió [el establecimiento de] un puesto aduanero entre Gaza y Egipto en Rafah para permitir la exportación de mercancías y el tránsito de personas, el funcionamiento continuo de los pasos fronterizos entre Israel y Gaza para la importación y exportación de bienes y el tránsito de personas, la reducción de los obstáculos a la circulación dentro de Cisjordania, convoyes de autobuses y camiones entre Cisjordania y Gaza, la construcción de un puerto marítimo en Gaza, la reapertura del aeropuerto de Gaza que Israel había destruido recientemente. Estos son esencialmente los términos de varios altos al fuego sucesivos, incluyendo el que acaba de alcanzarse hace justo unas semanas.
El momento del acuerdo de noviembre de 2005 es significativo. Este fue el momento de la “retirada” de Israel de Gaza, como le llaman, el traslado de varios miles de colonos israelíes fuera de Gaza. Bueno, esto se presenta como un noble esfuerzo para buscar la paz y el desarrollo, pero la realidad es bastante diferente. La realidad fue descrita, muy rápidamente, por el funcionario israelí que estaba a cargo de la negociación y aplicación del alto al fuego, Dov Weissglas, confidente cercano del entonces primer ministro Ariel Sharon. Según explicó a la prensa israelí, el objetivo de la “retirada” —estoy citándole— era: “la congelación del proceso de paz” con el fin de “impedir el establecimiento de un estado palestino” y para garantizar que la diplomacia “se ha eliminado indefinidamente de nuestra agenda”.
La realidad sobre el terreno es descrita por los principales especialistas de Israel en la ocupación— una historiadora, la respetada historiadora Idith Zertal, [junto con] el destacado corresponsal diplomático, Akiva Eldar, escribieron el libro más importante, la obra de referencia sobre el proyecto de asentamiento, llamada “Los señores de la tierra”, refiriéndose a los colonos. Lo que los autores dicen sobre la retirada es lo siguiente: Ellos dicen, “el territorio en ruinas”— y para entonces ya estaba arruinado, que en gran medida es la razón para el traslado de los colonos— “El territorio en ruinas no fue soltado ni siquiera por un solo día de la garra militar de Israel, o del precio de la ocupación que los habitantes pagan todos los días. Después de la retirada, Israel dejó tierra arrasada, servicios devastados, y gente sin presente ni futuro. Los asentamientos fueron destruidos en una acción poco generosa por un ocupante obtuso, que de hecho continúa controlando el territorio para matar y hostigar a sus habitantes por medio de su formidable poder militar”. Esto es una descripción exacta de las más respetadas fuentes israelíes.
Los Acuerdos de Oslo, hace 20 años, establecieron que Gaza y Cisjordania son una unidad territorial indivisible, cuya integridad no puede ser dividida. Durante 20 años, Estados Unidos e Israel se han dedicado a separar Gaza y Cisjordania en flagrante violación de los acuerdos que ellos habían aceptado. Y una mirada al mapa, explica por qué. Gaza ofrece el único acceso al mundo exterior de Palestina. Si se separa Gaza de Cisjordania, cualquiera que sea la autonomía que en última instancia pudiera otorgarse en Cisjordania, estaría prisionera, tiene a Israel de un lado y una Jordania hostil, aliada de Israel, en el otro lado, y, además, una de las insidiosas políticas de Israel, apoyada por Estados Unidos es apoderarse del valle del Jordán, lo que supone alrededor de un tercio de Cisjordania, gran parte de la tierra cultivable, que supondría esencialmente encarcelar al resto, incluso con más fuerza, si se separa Gaza de Cisjordania. Ésta es la principal razón geoestratégica para la insistencia de Israel, con el apoyo de Estados Unidos, en la separación de los dos territorios, en violación de los Acuerdos de Oslo y de la serie de altos al fuego que se han alcanzado desde noviembre de 2005.
Bueno, el acuerdo de noviembre 2005 duró un par de semanas. En enero de 2006, sucedió un evento muy importante: las primeras elecciones plenamente libres en el mundo árabe, y cuidadosamente observadas, reconocidas como libres y justas. Tenían un defecto. Salió el resultado equivocado: Hamas consiguió el Parlamento, el control del Parlamento. EE.UU. e Israel no querían eso. Ustedes pueden recordar, en ese período, que el lema en boca de todos era “promoción de la democracia”. El mayor compromiso de Estados Unidos con el mundo era la promoción de la democracia. Esto fue una buena prueba. Democracia: Las elecciones salieron mal; EE.UU. decidió al instante, junto con Israel, que había que castigar a los palestinos por el delito de votar de forma errónea, un duro asedio fue instituido, además de otros castigos; la violencia se incrementó; Estados Unidos de inmediato comenzó a organizar un golpe militar para derrocar al inaceptable gobierno. Esta es una práctica muy familiar, no voy a repasar el historial. La Unión Europea, para su vergüenza y descrédito, estuvo de acuerdo con esto. Hubo una escalada israelí inmediata. Ese fue el final del acuerdo de noviembre, seguido por durísimos ataques israelíes.
En 2007, un año después, Hamas cometió un crimen incluso mayor que ganar unas elecciones justas: Se adelantó al planeado golpe militar y tomó el control de Gaza. Eso se describe en Occidente, en Estados Unidos, y en la mayor parte de Occidente, como la toma de Gaza por Hamas mediante la fuerza— que no es que sea falso, pero algo se omite. La fuerza era necesaria para adelantarse a un golpe militar planeado para derrocar al gobierno elegido. Eso sí que era un delito grave. Ya es bastante malo que voten de forma equivocada en unas elecciones libres, pero adelantarse a un golpe de Estado militar planeado por Estados Unidos es mucho más grave. El ataque a Gaza se intensificó sustancialmente a partir de ese punto; los israelíes causaron gravísimas masacres. Finalmente, en enero de 2008, se alcanzó otro alto al fuego. Cuyos términos eran prácticamente los mismos que los que he citado. Israel rechazó públicamente el alto el fuego, dijo que no iba a cumplirlo. Hamas respetó el alto el fuego, tal y como Israel admite oficialmente, a pesar de la negativa de Israel a hacerlo.
Ahora, esta situación continuó hasta el 4 de noviembre de 2008. El 4 de noviembre, que fue el día de las elecciones estadounidenses, Las fuerzas israelíes invadieron Gaza, mataron a media docena de militantes de Hamas. Lo que llevó al lanzamiento de cohetes Qassam contra Israel, a lo que se siguió una gran respuesta israelí, muchísimos muertos— todos palestinos, como de costumbre. A finales de diciembre, un par de semanas más tarde, Hamas ofreció renovar el alto el fuego. El gabinete israelí consideró la propuesta y la rechazó. Este fue un Gabinete débil, liderado por Ehud Olmert— que rechazó la oferta de alto al fuego y decidió lanzar la siguiente gran operación militar.
Se le llamó Plomo Fundido, y fue una operación horrible, tanto que provocó una reacción internacional muy importante, las investigaciones realizadas por una comisión de las Naciones Unidas, Amnistía Internacional, Human Rights Watch. En medio del asalto— el asalto, por cierto, fue cuidadosamente programado para que acabase inmediatamente antes de la toma de posesión del presidente Obama. Él ya había sido elegido, pero no había tomado posesión de su cargo todavía, así que cuando se le pidió que comentara sobre las atrocidades en curso, él respondió diciendo que no podía hacerlo, Estados Unidos tiene un solo presidente, y él aún no lo era. Él habló de muchas otras cosas, pero no sobre ésta. El ataque fue programado para terminar inmediatamente antes de la toma de posesión, por lo tanto el podría responder a las preguntas diciendo, “Bueno, ahora no es el momento de mirar el pasado, miremos hacia adelante hacia el futuro”. Los diplomáticos saben muy bien que ése es un lema común entre los que están involucrados en delitos graves: “Olvidemos el pasado, miremos hacia adelante, a un futuro glorioso “. Bueno, eso fue justo en medio del asalto.
El Consejo de Seguridad aprobó una resolución —por unanimidad, con la abstención de EE.UU.— solicitando un cese al fuego inmediato en los términos habituales. Eso fue el 8 de enero de 2009. Nunca se respetó, y se violó por completo con el siguiente gran episodio de “corte de césped” en noviembre de 2012. Usted pueden hacerse una buena idea de lo que ocurrió mirando las cifras de víctimas durante el año 2012. Setenta y nueve personas murieron, setenta y ocho de ellos palestinos— la historia de siempre.
AMY GOODMAN: Este es el profesor Noam Chomsky hablando el pasado martes ante 800 personas en la sala de la Asamblea General de la ONU, en un evento organizado por el Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino. En un momento regresamos con su discurso y la entrevista que le realicé públicamente
[Pausa]
AMY GOODMAN: Volvemos con Noam Chomsky, disidente político, lingüista y autor de renombre mundial. La semana pasada, el profesor Chomsky, en un evento inusual, habló en la sala de la Asamblea General de la ONU frente a aproximadamente 800 personas, Varios de ellos embajadores y público de todo el mundo. Habló de las secuelas del ataque israelí a Gaza perpetrado en noviembre de 2012.
NOAM CHOMSKY: Después del ataque de noviembre hubo un alto al fuego alcanzado en los términos habituales. Voy a describir lo que sucedió después citando a un destacado especialista, Nathan Thrall. Él es un destacado analista de Oriente Medio en el Grupo Internacional de Crisis. Como él mismo escribe, Israel reconoció que Hamas estaba observando los términos del alto el fuego, y “por lo tanto vio poco incentivo” para hacer lo mismo. Los ataques militares contra Gaza aumentaron, acompañados por restricciones más severas a las importaciones. Se bloquearon los permisos de exportación. Los permisos de salida fueron bloqueados.
Todo esto se mantuvo hasta abril de 2014, cuando los palestinos cometieron otro crimen: Hamas, con sede en Gaza, y la Autoridad Palestina de Cisjordania firmaron un acuerdo de unidad. Israel estaba furioso y enfureció aún más cuando la mayor parte del mundo apoyó el acuerdo. Incluso Estados Unidos dieron un débil pero real apoyo. Existen varias razones para esa reacción israelí. Una es que la unión entre Gaza y Cisjordania, entre los dos movimientos, pondría en peligro las añejas políticas de separarlos, por las razones que ya he mencionado. Otra de las razones fue que un gobierno de unidad socava uno de los pretextos usados por Israel para negarse a participar en las negociaciones, el cual es: ¿Cómo se puede negociar con una entidad que está dividida internamente? Bueno, si están unificados, ese pretexto desaparece. Israel enfureció. Lanzó grandes ataques a los palestinos en Cisjordania, dirigidos especialmente a Hamas. Cientos de personas fueron arrestadas, en su mayoría miembros de Hamas. También en Gaza, también asesinatos.
Hubo un pretexto, por supuesto. Siempre lo hay. El pretexto fue que tres adolescentes israelíes habían sido brutalmente asesinados, capturados y asesinados en los asentamientos. Israel afirmó oficialmente que pensaba que estaban vivos, por lo que lanzó un prolongado asalto en Cisjordania, durante varias semanas, alegando que estaban tratando de encontrarlos con vida. Mientras tanto, continuaban los arrestos y ataques. Resulta que ellos supieron de inmediato que habían sido asesinados. Ahora, también supieron de inmediato que era muy poco probable que Hamas estuviera involucrado. El gobierno dijo que tenía la certeza de que Hamas había perpetrado el ataque, pero sus principales especialistas, como [Shlomi Eldar], de inmediato señalaron que el ataque, que fue un crimen brutal, fue cometido muy probablemente por miembros de un clan disidente, el clan Qawasmeh de Hebrón, sin la autorización de Hamás y fue una piedra en su zapato. Y eso, por lo visto, es cierto, si observamos los arrestos y castigos posteriores . De cualquier modo, esto también fue un pretexto para el ataque y las matanzas en Gaza. Lo cual finalmente provocó una respuesta de Hamas. Luego vino la Operación Margen Protector, que se acaba de completar, y que incluso fue más brutal y destructiva que las operaciones que le precedieron.
El patrón es muy claro. Y por lo menos hasta ahora parece continuar. El último cese al fuego fue alcanzado el 26 de agosto. Enseguida, Israel realizó la mayor apropiación de tierras en 30 años, casi 500 hectáreas en la zona de Gush Etzion cerca de lo que se denomina Jerusalén, la Gran Jerusalén, una superficie cinco veces mayor que la de la propia Jerusalén, expropiadas por Israel, anexadas en violación de las órdenes del Consejo de Seguridad. El Departamento de Estado de Estados Unidos informó a la Embajada de Israel que la actividad israelí —voy a citar ahora— “la actividad israelí en Gush Etzion socava los esfuerzos estadounidenses para proteger a Israel en las Naciones Unidas”, e instó a que Israel no facilite los argumentos de “aquellos en [las Naciones Unidas] que interpretan en ello una posición de endurecimiento de [Israel]”. En realidad, esa advertencia se dio hace 47 años, en septiembre de 1967, durante la primera colonización israelita, colonización ilegal, de Gush Etzion. Recientemente el historiador israelí Gershom Gorenberg nos lo ha recordado. Poco ha cambiado desde entonces, durante los últimos 47 años aparte de la magnitud de los crímenes, los cuales continúan, sin tregua, con el apoyo constante de Estados Unidos.
Bueno, en cuanto a las perspectivas, hay un panorama convencional. Que se repite constantemente en todas los bandos, en Israel y Palestina, entre los comentaristas independientes y los diplomáticos. El panorama que se delinea es que existen dos alternativas: por un lado la coexistencia de los dos Estados, que cuenta con un abrumador consenso internacional, prácticamente de todo el mundo, y si eso no funciona, habrá un Estado único. Israel tomará el control de Cisjordania, y los palestinos entregarán las llaves, como se dice coloquialmente. Algo que los palestinos a menudo prefieren. Ellos afirman que entonces serán capaces de llevar a cabo una lucha por los derechos civiles, tal vez inspirada en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, luchar por los derechos civiles a lo largo del Estado único controlado por Israel. Bueno, los israelíes critican eso argumentando lo que ellos denominan “el problema demográfico”, habrá demasiados no judíos en un Estado judío— de hecho, constituirían la mayoría rápidamente. Esas son las alternativas que se esbozan mayoritariamente, casi sin excepción.
Mi opinión personal, sobre la que he escrito en repetidas ocasiones, al parecer, sin convencer a mucha gente, pero intentaré convencerlos a ustedes, es que esto es una gran ilusión. Estas no son las únicas alternativas. Existen dos alternativas, pero son distintas. Una alternativa es el consenso internacional sobre la coexistencia de los dos Estados, en los términos de Enero de 1976, básicamente. Por ahora, prácticamente todo el mundo, la Liga Árabe, la Organización de Estados Islámicos, Irán, Europa y América Latina, concuerdan de manera informal, al menos. Esa es una opción. La otra opción, la realista, es que Israel continuará haciendo exactamente lo que ha hecho hasta el momento, ante nuestros ojos, visiblemente, con el apoyo de Estados Unidos, que también es visible. Y lo que está sucediendo no es un secreto. Uno puede abrir los periódicos y leerlo.
Israel se está apoderando de lo que ellos llaman Jerusalén, como ya he dicho, un área enorme, tal vez cinco veces la extensión del Jerusalén histórico, el Gran Jerusalén, una gran zona de Cisjordania, que incluye muchas aldeas árabes que están siendo desposeídas, destruidas, colonizadas. Todo esto es ilegal por partida doble. Todos los asentamientos son ilegales, según la determinación del Consejo de Seguridad, y la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia. Pero los asentamientos de Jerusalén son doblemente ilegales, porque también violan las órdenes explícitas del Consejo de Seguridad que datan de 1968, en las que incluso EE.UU votó a favor en ese momento, vetando cualquier cambio en el estatus de Jerusalén. Pero esto continua. Esta es la Gran Jerusalén. Hay corredores que se extienden hacia el este. Un gran corredor se extiende desde Jerusalén casi hasta Jericó, prácticamente dividiendo en dos a Cisjordania, incluye a la ciudad israelí de Ma’ale Adumim, que fue construida en gran parte durante en gobierno de Clinton, los años de Clinton, con el evidente propósito de partir en dos a Cisjordania— aún un territorio poco disputado, pero esa es la meta. Hay otro corredor más al norte que incluye la ciudad de Ariel, que parcialmente divide lo que resta. Otro más al norte que incluye el pueblo de Kedumim. Si uno observa el mapa, éstos corredores esencialmente desintegran Cisjordania en cantones. En el mapa parece como si todavía quedara un gran territorio, pero es engañoso. La mayor parte es un desierto inhabitable. Y eso es independiente de lo que he mencionado antes, la lenta pero constante toma de posesión del Valle del Jordán al este, de nuevo, alrededor de un tercio de las tierras cultivables del país.
Israel no tiene una política oficial de ocupación, pero en la práctica la están llevado a cabo de la misma manera en la que lo han venido realizando, literalmente, durante cien años— con pequeños pasos de los que nadie se percata, o por lo menos la gente finge no darse cuenta, para establecer una zona militar. Los palestinos que viven allí tienen que ser desplazados porque es una zona militar, no se permite ningún asentamiento, y muy pronto se instala un asentamiento militar, un asentamiento Nahal, y otro más, entonces, tarde o temprano, se convierte en un asentamiento permanente. Mientras tanto, se cavan pozos, se despoja a la población, se configuran áreas verdes una gran variedad de técnicas que, hasta ahora, han reducido la población árabe de alrededor de 300 mil en 1967 a cerca de 60 mil actualmente. Como ya he mencionado, esto esencialmente aprisiona lo que queda.
No creo que Israel tenga la intención de hacerse cargo de la población palestina concentrada, que queda fuera de esto, de tales planes. A menudo se hacen analogías con Sudáfrica, pero son bastante engañosas. Sudáfrica dependía de su población negra. Que era el 85 por ciento de la población. Era su fuerza de trabajo. Y tenían que mantenerlos, igual que los propietarios de esclavos tienen que mantener su capital. Ellos trataban de mantener a la población. Incluso trataron de obtener apoyo internacional para los “bantustanes”. Israel no tiene esa actitud hacia los palestinos. No quieren tener nada que ver con ellos. Si se van, bien. Si mueren, también. En el patrón típico del neocolonialismo, Israel está estableciendo, permitiendo el establecimiento de un centro para las elites palestinas en Ramallah, donde hay buenos restaurantes y teatros, etc. Cada país del Tercer Mundo bajo el sistema colonial ha tenido algo así.
Ahora, esa es la imagen que está surgiendo. Está tomando forma ante nuestros ojos. Hasta el momento ha funcionado muy bien. Si continúa, Israel no enfrentará un problema demográfico. De hecho, cuando estas regiones se integren poco a poco a Israel, la proporción de judíos en el Gran Israel aumentará. Hay muy pocos palestinos allí. Los que quedan están siendo despojados, expulsados. Eso es lo que pasando ante nuestros ojos. Creo que es una alternativa más realista que la del establecimiento de dos Estados. Y hay muchas razones por las que podemos esperar que esto continúe, dado que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.
AMY GOODMAN: El profesor Noam Chomsky, hablando el pasado martes en la sala de la Asamblea General de la ONU ante unas 800 personas, embajadores y público en general. El evento fue organizado por el Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino. Después de su discurso, lo entrevisté frente a la audiencia. Transmitiremos lo más destacado después de la pausa.
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