Francisco Herrera Catalino
“La historia es un incesante volver a empezar” Tucídides
En la mayoría de los textos de historia la definen o consideran como “el estudio de los hechos pasados”. No obstante, una reflexión del significado de esta disciplina, considerando su valor de uso, permite advertir que la descripción que regularmente se realiza de la misma responde a una apreciación limitada con referencia al por qué y el para qué. La historia tiene un rol de instrumento científico para el análisis de la sociedad en su discurrir, donde el pasado es útil para orientar el presente y el futuro. Por esto, lo más importante es la perspectiva.
Una expresión que importantiza a la historia como actividad humana que se mueve desde el pasado hacia el futuro, se produce cuando las personas ponen sobre el tapete la frase que se le atribuye a Marco Tulio Cicerón: “los pueblos que nos conocen su historia están condenados a repetirla”. Cuyo significado refiere a que el conocimiento de los acontecimientos pasados ofrece la posibilidad de advertir las tendencias en el futuro cercano o lejano.
También, en la dinámica de los sucesos históricos, por la relación de dependencia que existe en la sucesión de eventos, se ha llegado a afirmar: “los hechos del presente tienen sus raíces en el pasado, como el fruto en la flor”. Esta declaración señala que cada acontecimiento histórico, además de que es el producto de uno anterior, va a ser la causa de un siguiente hecho. Como la existencia de una relación de dependencia entre sucesos históricos, donde el que termina le abre el espacio a otro u otros en un tiempo posterior o futuro.
La historia, como es una actividad científica, administra las causas de los sucesos y las consecuencias inmediatas del presente y la mediata del futuro de los acontecimientos que se producen por las interacciones entre los seres humanos, en un lugar y en un momento determinado. El objetivo principal del método histórico tiene su mirada en el examen de los hechos, diagnosticar (lo que ocurrió, por qué y cómo), pronosticar (los eventos que tienen mayor posibilidad de ocurrir ) y proyectarlos (diseño de políticas, programas, proyectos, acciones) con la voluntad de intervención para mantener, cambiar tendencias.
Un evento se considera histórico cuando tiene sus causas en un suceso relevante porque sus consecuencias repercuten, afectan o influyen en las personas, en su situación sico-social, económica, política, artística, cultural en un periodo y espacio definido, en un escenario en el que están presentes las acciones y reacciones, la hegemonía y el consenso de colectivos de seres humanos. Todo hecho histórico es un producto de las relaciones entre grupos sociales.
Es por lo antes señalado, que el analista de la historia puede tener un desempeño eficiente con respecto a administrar los indicadores del pasado y del presente para apreciar con certidumbre el futuro, sobre todo hoy, cuando la humanidad vive momentos no determinísticos.
El analista de la historia construye sistemas de matrices sobre la base de las series temporales, de cuyo procesamiento, síntesis y resultados, llega a conocer y toma decisiones con propuestas predictivas y proyectivas del futuro.
La historia es un instrumento científico para analizar el pasado, el que es su materia prima. Esta herramienta para el análisis de la sociedad sistematiza el acontecer del pasado en el presente, aplicando el análisis para obtener conocimientos del pasado, y la preocupación del presente, se refiere a qué pasará y qué hacer en el futuro.
El diagnostico que resulta del examen histórico, poniendo de relieve los eventos que tienen mayor probabilidad de ocurrir en el presente y futuro, apoyan la toma de decisiones, en lo que deben hacer los grupos sociales para posibilitar e impedir la ocurrencia de eventos, y para fortalecer sus intereses o debilitar las expectativas de sus oponentes.
“Un historiador es un profeta al revés” José Ortega y Gasset
Deja una respuesta